viernes, julio 28, 2006

¿Cómo vemos al otro?


Unos nos parecen personas amargadas, otras preocupadas, otras risueñas
Es nuestra habilidad fisonómica la que nos permite leer en la cara, en los gestos y en los trozos de actos que tenemos al mirar.
Con la mirada, persuadimos, enternecemos, amenazamos o preguntamos. La expresión de la cara puede ayudar mucho a interpretar estas distintas intenciones de provocar un efecto.
Los padres le coartamos a los niños: `` Karina, da un beso a tu tía''. Ese beso, arrancado a la fuerza, no será el mismo que el efusivo que se hubiera dado de mediar una mayor confianza, pero esa tía era desconocida, de pronto es elevada a categoría de íntima por arte y magia, la mirada puede ser un punto de fuga: de la paz al miedo, de la serenidad a la tristeza y, a la inversa, también sirve para morirnos de placer y de gusto.
Para evocar un recuerdo, para ver una escena de un episodio vivido que queremos rememorar, cerramos los ojos para resaltar el potencial de esa mirada que se dirige hacia lo que no está.
No hay algo mas dulce que una mirada de un niño, por lo cual nunca se la cambiamos, todos deberían ver como niño, con esa mirada de alegría, una mirada desde el fondo de nuestro corazón, con libertad, sencillez y armonía

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